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miércoles, 5 de septiembre de 2012

El lector de la terraza. Capitulo 5: Cena de despedida.

-Zeus, sabes que día es hoy ¿No? -Si claro. -Te parece que vayamos a un restaurante chino a intentar pasar este último San Valentín y este ultimo día juntos bien y en armonía disfrutando uno del otro de nuestra presencia. -Claro que si cielo. Al decir esto, se me pusieron los pelos de gallina pensando que era la última vez que escuchaba aquella palabra cariñosa que escuche primeramente de su boca. Me pegue una ducha, mientras me vestía se la pego el, se vistió y fuimos al primer restaurante chino que vimos de camino al centro de la ciudad. Aparcamos nuestras respectivas motos y nos adentramos en el restaurante abriendo la puerta y dejando detrás de nosotros un par de leones que había en la entrada en color dorado. No habíamos entrado prácticamente cuando una china se acerco y nos dijo: -¿Mesa pa la dos? -Si. -¿Fumadoles o no fumadoles? -Fumadores por favor. -Pues en esta. Hizo un gesto con su mano y su cabeza para indicarnos una mesa. Nos quitamos los abrigos y nos sentamos. Encendí un cigarrillo mientras me paraba a leer la carta de menús. El hizo lo mismo. La noche iba a estar tirante, no hablábamos ninguno de los dos. -¿Sabes ya lo que quieres? atine a decirle. -Si, ya le aviso yo de que venga que voy al aseo, pídeme un menú siete con rollito y arroz, de beber un vino con casera para los dos ¿No? -No, perdóname, pero es que no me apetece beber. -No te preocupes, pídeme lo que vayas a pedir tú. Se levanto y fue a la barra a preguntar por el servicio y para avisar de que podían venir a tomar nota. De seguida vino la camarera de antes. -¿Ya ta? (En ese momento no entendí a que se refería pero supuse que se refería a que si ya sabía lo que quería) -Mira me pones un menú 7 y un 8, uno de ellos con rollito y arroz y el otro con ensalada y arroz. -Menú 7 telnela con bambú y setas chinas ¿no? -Si. Dije a la vez que asentía con la cabeza. Anoto los dos menús. -De beber nos pones dos fantas de limón. -Fanta limón si. No había otra cosa que me pusiese mas histérico que el que el camarero repita lo que acabas de pedir. La camarera se dio media vuelta y se fue con la nota hacia la barra. El aseo quedaba cerca de ella así que me quede mirando a ver si veía salir a Zeus, tardaba mucho. Me volví a encender otro cigarro, mis caladas eran lentas y concisas, pero no puedo decir lo mismo de mis pensamientos. Me estaba empezando a poner nervioso el que tardase tanto, así que decidí ir al aseo para averiguar que es lo que pasaba. Sin mas me levante y me dirigí al aseo, la puerta estaba cerrada con llave, toque varias veces a la puerta con los nudillos. -Zeus, ¿Estas ahí? ¿Estas bien? No recibí respuesta ninguna, pero enseguida abrió la puerta y como si nada pasase y sin decirme nada se dirigió a la mesa, a lo que yo lo seguí hasta ella. Nos sentamos y le volví a preguntar que si estaba bien. -Si, estoy bien, solo que se me había ido el santo al cielo. Note un brillo y un enrojecimiento muy extraño en sus ojos, pensé que habría estado llorando, pero como no quiso contarme nada hice como si nada hubiese pasado. Enseguida trajeron las bebidas y los entrantes, y nos dispusimos a comer. Note un nudo en la boca del estomago y no pude comer nada, pero el ni se inmuto y siguió comiendo plato tras plato. En la cena no pronunciamos apenas palabras sobre lo sucedido, hablábamos de cualquier tema con tal de no nombrar lo sucedido. Terminamos de cenar, bueno mas bien termino de cenar, y pedimos la cuenta. Pagamos a medias ya que no me dejo invitarle y salimos del local. -Zeus, ¿Te parece si vamos a tomar un café a algún Pub? -No, perdóname, pero me gustaría que fuésemos a casa a recoger algunas cosas que necesitare mañana, si te parece nos lo tomamos allí ¿Vale? -Bueno como quieras. Nos subimos en nuestras respectivas motos y nos dirigimos hacia mi casa. Aunque el salio antes que yo, debió tomar otro camino, por que tuve que esperarlo por más de diez minutos. -Cuanto as tardado ¿No? -Si es que me llamo mi madre y tuve que parar a hablar con ella. -¿Tu madre? que raro... -Es que han ingresado a mi padre hace apenas unas horas. -¿Y eso? ¿Que le a pasado? -Pues no lo se, solo me a dicho que haga el favor de ir que no esta bien. -¿Quieres que te acompañe? -No gracias, prefiero ir solo, además sabes que el nunca a sido partidario de nuestra relación. -Bueno como quieras, solo prométeme una cosa. -¿Que? -Que con lo que sea, sea la hora que sea me llamas y me cuentas. -OK, venga hasta luego. -Adiós.




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