No recuerdo el momento exacto, ni el
como, ni el por que de mi afición a expresarme en aquellos tiempos
mediante lápiz y papel.
Buscando entre cajones llenos de
papeles, notas y hasta servilletas de bar, me doy cuenta que siempre
he tenido esta necesidad imperiosa de escribir lo que siento.
Siempre lo he hecho a modo de
autoanálisis y como el único método que encontraba para poder
expresarme y dejar volar libre y sin ataduras mi subconsciente.
Muy poca gente conocía la pasión que
siento para con las letras. La emoción que me embriaga cada vez que
como en este instante desato mi alma, para que fluya por lo dedos y
así poder decir de una manera eficaz lo que siento.
Hace cosa de un año, decidí abrir muy
poco, quizás apenas un par de centímetros, el cajón que guardaba
muy discretamente mis emociones. Poca gente fue a la que invite a
conocerlos.
Hoy por hoy me siento seguro, y tengo
la necesidad de hacerlo publico.
Nunca pensé que a través de unas
sencillas palabras cosidas a otras con mas o menos gusto, iba a
llegar a conseguir que otras personas se sientan identificadas. Ni
mucho menos los elogios y las palabras de apoyo que he recibido en apenas
dos días.
Por ello quiero agradecer el que me
leáis, que me comentéis y que me hagáis saber vuestro apoyo en
esta andadura.
Creo que hoy estoy algo espeso y los
duendes de la inspiración no me guían para escribir estas palabras,
pero aun así tengo la necesidad imperiosa de deciros un inmenso
GRACIAS y dejarlo por escrito en este mi rincón.